martes, 14 de marzo de 2017

Navarra a sus Muertos en la Cruzada (7)


Reiteración de la cesión y escrituración a favor del Obispado 1963


La cesión al Obispado de 1947, le fue reiterada a éste por Acuerdo de la Diputación de fecha 2 de marzo de 1957, precisamente cuando Monseñor Delgado Gómez cumplía 10 años en la sede pamplonesa, que era elevada a la categoría de Metropolitana y él a la de Arzobispo. No obstante, la escritura de formalización de dicha cesión no se otorgó sino hasta el 22 de julio de 1963, ante el notario de Pamplona Juan García-Granero, quien el 31 de diciembre del mismo año otorgó otra escritura de cesión de un nuevo edificio, adjunto al Monumento, destinado a Parroquia de Cristo Rey[1]. La Diputación Foral cedió definitiva y gratuitamente el Monumento al Obispado, reiterando el carácter votivo que debía tener a perpetuidad.

Es preciso hacer mención aquí que por Decreto eclesiástico de 18 de enero de 1957, la Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz tiene una fundación perpetua de Misas en el Monumento. Su primera Misa y el Via Crucis, ambos con permiso verbal del Obispo, se celebraron el 14 de diciembre de 1958 en la basílica y en adelante, todos los meses, se sufragó y sufraga a los muertos por Dios y por España, y a sus miembros fallecidos. La Sede de la Hermandad está en el Monumento por decisión verbal del Obispo del 10 de diciembre de 1958[2]. Ambas decisiones verbales se decretaron por escrito el 13 de enero de 1960.

AZM/FZ/JAZC-2017-15-II-Vidriera-1
El 22 de diciembre de 1964 el Monumento sufrió un atentado con dos cartuchos de dinamita, fue objeto reiterado de pintadas y le rompieron a pedradas las vidrieras, quedando en estado de progresivo abandono, camino de la ruina. El culto era atendido, como queda dicho, por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que allí celebraba mensualmente su misa capitular y rezaba responsos por todos muertos en la guerra o con ocasión de ella.


Revuelos

No todas las cuestiones planteadas acerca del Monumento han tenido un trasfondo político movido por los “perdedores” de la Cruzada o “Guerra de Liberación”, como también así se la llama. Algunas de ellas han tenido un origen urbanístico, en las modificaciones del PERI, o Plan Especial de Reforma Interior, para dar una mejor utilización a los espacios del II Ensanche de Pamplona. Otras veces se ha propuesto la construcción en las traseras de la basílica de un conjunto de edificios donde concentrar las oficinas públicas del Gobierno de Navarra dispersas por la capital… En fin, cada una de estas ideas daba lugar a un ostensible revuelo social por parte de quienes no querían desafectar el Monumento de los fines para los que fue construido.

De Diario de Navarra


Con motivo de la reforma del PERI, el Grupo Popular del Parlamento de Navarra hacía alusión al «futuro del Monumento a los Caídos de Pamplona para superar cuanto pueda haber en él de enfrentamiento civil, y transformarlo en monumento de paz y concordia entre todos los navarros, con una utilización acorde con la dignidad del edificio, como podría ser el establecimiento de un museo de recuerdos históricos u otro uso similar».[3]

«Es lo cierto que el destino actual no se ajusta al espíritu de reconciliación que condujo a la instauración del régimen democrático, tras la elaboración por consenso de la Constitución de 1.978. Es evidente el deber de asumir el pasado, con todas sus consecuencias, pues la identidad de un pueblo está en directa conexión con su historia, en la que aparecen hechos gloriosos y comportamientos admirables junto a episodios condenables, como son los que acompañan a toda guerra civil».

El Grupo Popular agregaba que el estado de conservación del conjunto monumental «es muy lamentable» y que «debe transformarse en un edificio donde todos los navarros, sin distinción de ideologías, puedan sentirse representados,
por asumir con espíritu de fraternidad el pasado de Navarra».

Es en el año 1990 cuando el Presidente del Parlamento de Navarra «gestionó de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra un “anteproyecto para la remodelación del Monumento”, lo que ocasionó —al igual que en años anteriores una fuerte corriente de opinión en Navarra opuesta al cambio de destino y fines del Monumento y construcciones adyacentes; así también diversas Asociaciones en Navarra y fuera de Navarra —“Asociación foral”, “Comunión Tradicionalista Carlista”, “Comisión de Navarros en Madrid”, “Real Congregación de San Fermín de los Navarros”—; oposición formulada directamente al Sr. Arzobispo por la Real Academia Española de Bellas Artes, reiterando un acuerdo anterior de noviembre de 1986.»[4]

A finales de 1992 saltó a la calle la noticia de que el Arzobispado, de acuerdo con el Ayuntamiento, iba a destinar el Monumento a sala de exposiciones con el fin de darle un uso público en consonancia con su carácter. La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz se enteró de ella por los periódicos. Aun siendo canónica y deberse a la autoridad del Obispo de la Diócesis según sus Estatutos, venía mostrando preocupación por el futuro del Monumento. Su legitimación para expresarla procedía de una  doble circunstancia: la primera moral y general, por cuanto que estaba formada por excombatientes y/o familiares de muertos en el conflicto; la segunda, particular, de índole jurídica, ya que por interés de la jerarquía eclesiástica había trasladado su sede al Monumento, donde, además, tenía que cumplir su piadosa y perpetua obligación. Así pues, acordaron que una comisión de la misma[5] se entrevistara con el Vicario General de la Diócesis a fin de transmitirle sus preocupaciones.

La entrevista tuvo lugar el 11 de febrero de 1993 y discurrió con arreglo al siguiente tenor literal[6].

Dice el Sr. Vicario:

«Llevo 14 años en el cargo. Desde hace bastantes me preocupa el uso del Monumento. Hay que asumir la Historia: lo que hace ésta, no está bien "no se puede" deshacer. La tradición hay que acogerla y conservarla con amor. A veces, las noticias se derivan
de poca precisión, tanto del informante como de los informadores (periodistas, etc.). A veces también, se incurre en ligereza en el hablar, tal por ejemplo, decir que se está "dispuesto a ceder el Monumento por una peseta"; lo qué está muy lejos de la verdadera
intención del que así dijo. Por lo tanto he de responder a la pregunta (del Sr. Nagore) de si el Arzobispado ha cedido la propiedad del Monumento, que no la ha cedido; la sigue conservando íntegramente. Ya sabemos (como apunta el Sr. Zubiaur) que Roma
tendría que dar la autorización para una cosa así, en la que ni el señor Arzobispo puede obrar por sí; necesitaría, además, las autorizaciones de la Comisión Delegada (10 personas) y por  supuesto, las de Roma (Cánones 638 y 1292 y siguientes del Código de Derecho Canónico) […]

»Lo que hay es que en vista del malísimo estado del edificio principal goteras, tejado, suciedad, desaprovechamiento casi total, etc.—se pensaba en darle un uso que contribuyera al bien común de todos; también de la propia ciudad de Pamplona de la que desdice esta, por otra parte, magnífica construcción monumental que, (repite) fue culminación de una historia pasada, pero que ha de asumirse, como un hecho glorioso, que así se calificó.

»La Iglesia es eterna no lo somos nosotros y ha de ver todo -el pasado y el presente en relación con el futuro. El Arzobispado no encontró eco en años anteriores ni en el Ayuntamiento ni en el Gobierno de Navarra. Parecían considerar este asunto difícil de
solucionar, y dieron largas cada vez que se planteó.
Seguía mi preocupación (continúa el Sr. Vicario General), y al viajar a Paderborn, ciudad de Alemania hermanada con Pamplona, el Alcalde y varios concejales del Ayuntamiento pamplonés me "dijeron pestes" del estado del Monumento y de, la inhibición del Arzobispado en relación con aquél. Hablé con Valentín Redín (hombre listo, inquieto, efectivo, aunque no sea quien mande en asuntos en los que sólo el Arzobispado tiene la última palabra)[7] respecto a una utilización coyuntural del edificio para una Exposición de carácter religioso-social sobre el Camino de Santiago en Navarra (tres de los comisionados aquí presentes precisa el redactor del Acta, los Sres. Los Arcos, Yárnoz y Nagore somos de la Junta Directiva de la "Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Navarra"); pareció bien a todos y se recomenzaron las gestiones. Quise dar cuenta a la Hermandad de Caballeros Voluntarios, toda vez que ya sé que continúa el culto en el Monumento (una Misa mensual y otras anuales, precisan aquí los Sres. Martínez Úbeda y Checa, que celebra, generalmente, D. José Mª García Navarlaz); sin embargo, se me adelantó la prensa; y, por ello, hasta que me llamó Martínez Úbeda, alarmado según me dijo por una conversación con Redín (éste, según Martínez Úbeda, dijo textualmente que en el Monumento había que  decidirse "por los unos o por los otros"), instándome a esta entrevista. Repito: no hay que hacer caso a lo que diga Redín; somos nosotros, en el Arzobispado, los que decidimos.

»En la cuestión de revitalizar el Monumento, de común interés para el Arzobispado y para el Ayuntamiento, se ha pensado (dice el Vicario General) en esta primera utilización, a la que seguirán otras más adelante, congruente en cierto modo con fines religiosos,
artísticos y sociales.»

Por su parte, el Sr. Zubiaur…

«Sintetiza los hechos ocurridos desde a erección de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz (de la que fue Subprior), hasta la cesión del Monumento por la Diputación (estando él de Diputado “para los fines votivos a que se destinó”. Piensa que estos fines cabe adecuarlos sin desvirtuarlos (lo mismo pensamos todos los comisionados). Para ello, cabría que en la Comisión Arzobispado-Ayuntamiento se incluyera, en representación de la Hermandad, a José María Yárnoz, quien como Arquitecto puede prestar útiles servicios (Sylvia Baleztena apoya esta propuesta; al igual que los demás presentes).»

Al Sr. Vicario General:

«Le parece bien lo señalado y lo propondrá al Ayuntamiento. Las obras de adecuación consistirán, para la Exposición proyectada, en acondicionar la nave central del Monumento para resaltar las imágenes y demás objetos expuestos; en colocar paneles para mejor sonoridad, etc. Pide a José Mª Yárnoz dirección y teléfono para seguir en contacto a los fines ya señalados.

»Con intervenciones esporádicas de los comisionados, para precisar más lo tratado (Los Arcos sugiere que, pese a la Exposición, los cultos religiosos sigan celebrándose; Garisoain, a su vez, adelanta la posibilidad de un destino de la Iglesia al culto de los mártires declarados santos en los recientes procesos de canonización; Martínez Úbeda recalca é1 interés de la "Hermandad"; todos, en fin, el que no se desperdicie, por falta de uso o por uso inadecuado, un Monumento elevado en memoria de tantos miles de navarros muertos en 1o que la Iglesia calificó como verdadera Cruzada.»


Sr. Vicario General:

«Ratifica lo que dijo al principio de la entrevista:

1)  El Arzobispado sigue siendo propietario.

2) El Acuerdo con el Ayuntamiento de Pamplona sólo significa, hoy, una cesión para un uso coyuntural, compartido, para fines muy concretos (el primero el de la Exposición dicha).

3) Sería deseable la colaboración de todos.

4) Nada ha de quitarse del Monumento; tan sólo acondicionarse para un mejor uso religioso y social. La Historia no puede borrarse.

5) Dará cuenta al Sr. Arzobispo de esta entrevista.

»Terminó la entrevista a las 12 horas 15 minutos del día de la fecha, "ut supra"

»La despedida fue muy cordial […]»

La primera exposición, a partir del 24 de febrero de dicho año de 1993, sería de Arte Sacro en el Camino de Santiago. Esta exposición, según  noticias verbales recibidas por quien esto escribe, fue visitada por 84.000 personas.



En un breve reportaje que Ángel Irigaray hizo para el diario ABC[8], mi padre recordó las circunstancias y condiciones en que fue construido el edificio y su carácter votivo y cómo fue transmitido éste al arzobispado, en 1963, bajo determinadas cargas que el donatario libremente aceptó «Ahora -prosigue Zubiaur-, se ha montado esta exposición de arte sacro del camino Jacobeo en Navarra, y con este motivo se han revuelto un poco las aguas, porque algunos que sobrevivimos a la guerra, que tenemos cariño al monumento, pero no lo utilizamos como arma arrojadiza contra nadie (pienso que todos debemos asumir la Historia), hemos intervenido. Lo hemos hecho porque nos tememos que la muestra puede ser una hábil maniobra para hacer desaparecer la finalidad para la cual fue construido el edificio, es decir, el homenaje a los caídos de la guerra».  Pese a todo, Zubiaur considera «obligado» abrir el conjunto a los pamploneses que lo desconocen, y se muestra partidario de organizar actos culturales esporádicos, siempre que no se olvide el por qué de su génesis. Para el ex diputado carlista, no hay que olvidar a los que lucharon por Dios y por España, ya que, a su juicio, en Navarra, la guerra civil tuvo, «al menos en sus comienzos un carácter de verdadera cruzada, frente a anticlericalismo de los republicanos».

«El monumento -prosigue-, en la medida en que no haya un grupo de activistas que se dedique a soplar en la hoguera para que brote el fuego, no le molesta a nadie». Por
otra parte, aunque «Los Caídos» es un edificio en homenaje exclusivo a unos muertos «los que dieron su vida por una determinada ideoloqía», como reconoce el ex diputado
carlista, «si nos dedicáramos a demoler los monumentos conmemorativos de toda Europa, tendríamos que suprimir muchísimos.»

Por su parte, Valentín Redín daba otra visión: «No cabe duda -afirma- de que el edificio es fruto de la dictadura del franquismo y que tiene esas connotaciones grandilocuentes de toda la arquitectura dictatorial, pero, bueno, también el foro romano era dictatorial, y el Arco del Triunfo de París está hecho en función de que alguien ganó una batalla. Gran parte del arte civil está hecho para manifestaciones de tipo glorioso de unas personas, en detrimento de otras».





[1] Registro de la Propiedad de Pamplona, tomo 2.734, libro 280, fº 93 vto. La parroquia de Cristo Rey y su casa parroquial se construyeron los solares inicialmente previstos para museos de guerra.
[2] La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, de la que mi padre fue Subprior, fue fundada el 26 de diciembre de 1939 por Mons. Marcelino Olaechea Loizaga en el monasterio de Irache, donde inicialmente tuvo su sede, y oficina en la Avda. de Carlos III, 18-1º izda, que atendían Jesús Ollaquindia y el caballero subprior. 
[3] Diario de Navarra, Pamplona, 20 de noviembre de 1986. AZM/FZ/JAZC-1986-20-IX-Sede Diputación.
[4] Acta de una entrevista de comisionados de La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz con el Ilmo. Sr. Vicario General del Arzobispado de Pamplona. AZM/FZA/FAZA-MC-1993-11-II-Acta gestión…
[5] Comisión formada por Joaquín Martínez Úbeda (miembro de la junta directiva) Antonio Checa (presidente también de la Hermandad de Alféreces Provisionales), y los asociados a la Hermandad Sres. José-Ángel Zubiaur Alegre (Abogado y ex Diputado Foral), José Luis Los Arcos Elío (ex Embajador de España),Sylvia Baleztena Abarrategui, José María Yárnoz Orcoyen (Arquitecto, correspondiente de la R.A. de Bellas Artes y ex Director de la Institución Príncipe de Viana), Miguel Garisoáin Fernández (Presidente del Colegio Farmacéutico en Navarra y Secretario General de la Comunión Tradicionalista Carlista) y Javier Nagore Yárnoz (Notario jubilado de Pamplona, Presidente del Consejo de Estudios de Derecho Navarro y de la C.T.C. en Navarra
[6] Vd. Acta citada en 4.
[7] A parte de su actividad teatral, era funcionario de carrera y como tal fue responsable de protocolo del Ayuntamiento de Pamplona desde los años 80. En 1995, compatibilizando con su labor anterior, fue nombrado Director del Área de Asuntos Culturales. Entre 1999, ocupó el puesto de Jefe de Gabinete del Presidente del Parlamento de Navarra, cuando ocupó dicho cargo el socialista José Luis Castejón. En 2003 regresó al Ayuntamiento de Pamplona. Falleció el año 2010.
[8] ABC, Madrid, 4 de abril de 1994.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.