La noticia y el alcance del
acuerdo entre Arzobispo y Alcalde según los medios
Volviendo
unos días atrás, el miércoles día 9 de noviembre se conoció por los medios, de un lado, la desestimación de las alegaciones formuladas contra el expediente
administrativo municipal y, de otro, la determinación del alcalde Asirón para que las
exhumaciones tuvieran lugar precisamente el día 16. Los restos del general
Mola, ya habían sido retirados por su familia el 24 de octubre, hecho disimulado no conocido por
la ciudadanía[1]. Por otro, el acuerdo
alcanzado dos días antes entre el Ayuntamiento y el Arzobispado sobre las
exhumaciones, decían los medios «cierra
el paso a las posibles alegaciones que se puedan presentar y reconoce el uso de
la cripta del monumento a los Caídos para actos de culto. A cambio, el
Arzobispado se compromete a respetar la decisión municipal sobre la retirada de
todos los restos allí enterrados y a no recurrirla ante el juzgado de lo
Contencioso Administrativo, lo que hubiera podido retrasar la medida.
Sobre
tan inesperado acuerdo comentaba un periódico digital: «Resulta inevitable concluir que el Ayuntamiento no cede en realidad
nada, puesto que el uso y disfrute de la cripta ya es un derecho del
Arzobispado, resultante de las condiciones de la cesión de la cripta al
Ayuntamiento en su día. Por el contrario, el Ayuntamiento anuncia que el
proceso para determinar lo que se hace con todo el edificio y el uso que se le
da sigue su curso, incluida la posibilidad de que se derribe el edificio.
[…] En realidad, da la impresión de que
el derribo del edificio ya no tiene fácil alternativa. Bildu ya ha enseñado
esta posibilidad a sus simpatizantes y ahora les defraudaría si no siguiera
hasta el final. Además hay una competencia entre Bildu y Podemos-IE a ver quién
es más radical. Bildu no puede quedar por detrás. La única posibilidad de
detener el proceso es que las familias que se oponen a la exhumación recurran a
la vía judicial, esta paralice las exhumaciones y la Justicia les acabe dando
la razón.»[4]
[1] A lo largo de todo el
proceso no se pudo contactar con la familia Mola en Pamplona, pero sí con el
domicilio madrileño de Emilio Martin Mola, médico reumatólogo, desde el que una
agobiada y nerviosa señora mostró extrañeza y deseo de saber cómo se había
obtenido ese número de teléfono, a lo que se le respondió que figura en las
guías telefónicas. Dijo no saber nada del asunto y que de cualquier modo lo
comentaría en la casa. Nada más se supo de los Mola.
[2] Entre el personal técnico ha de citarse a la omnipresente “Sociedad de Ciencias Aranzadi”, al frente de la cual estaba el antropólogo Francisco “Paco” Etxeberría y su equipo.
[2] Entre el personal técnico ha de citarse a la omnipresente “Sociedad de Ciencias Aranzadi”, al frente de la cual estaba el antropólogo Francisco “Paco” Etxeberría y su equipo.
[3] Cfr. http://www.noticiasdenavarra.com/2016/11/09.
Consultado el 9 de noviembre de 2016.
[4] http://www.navarraconfidencial.com/2016/11/09.
Consultado el 9 de noviembre de 2016
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