viernes, 31 de marzo de 2017

Navarra a sus Muertos en la Cruzada (15)


La noticia y el alcance del acuerdo entre Arzobispo y Alcalde según los medios

Volviendo unos días atrás, el miércoles día 9 de noviembre se conoció por los medios, de un lado, la desestimación de las alegaciones formuladas contra el expediente administrativo municipal y, de otro, la determinación del alcalde Asirón para que las exhumaciones tuvieran lugar precisamente el día 16. Los restos del general Mola, ya habían sido retirados por su familia el 24 de octubre, hecho disimulado no conocido por la ciudadanía[1]. Por otro, el acuerdo alcanzado dos días antes entre el Ayuntamiento y el Arzobispado sobre las exhumaciones, decían los medios «cierra el paso a las posibles alegaciones que se puedan presentar y reconoce el uso de la cripta del monumento a los Caídos para actos de culto. A cambio, el Arzobispado se compromete a respetar la decisión municipal sobre la retirada de todos los restos allí enterrados y a no recurrirla ante el juzgado de lo Contencioso Administrativo, lo que hubiera podido retrasar la medida.

»El acuerdo reconoce al Arzobispado el uso y disfrute de la cripta y fija que las exhumaciones se realizarán en “absoluta intimidad, interviniendo en las mismas el personal técnico imprescindible del Ayuntamiento[2]debiendo informar previamente al Arzobispado del número de personas, así como las funciones de los mismos en las operaciones de exhumación”. También que no se permitirá el acceso a los medios de comunicación, ni se sacarán fotografías de las exhumaciones, “salvo que las familias lo autoricen”. Asimismo se ha acordado que en la operación esté presente el sacerdote que el Arzobispado designe para que en el momento de la exhumación celebre un responso “si es el deseo de los familiares”.»[3]

Sobre tan inesperado acuerdo comentaba un periódico digital: «Resulta inevitable concluir que el Ayuntamiento no cede en realidad nada, puesto que el uso y disfrute de la cripta ya es un derecho del Arzobispado, resultante de las condiciones de la cesión de la cripta al Ayuntamiento en su día. Por el contrario, el Ayuntamiento anuncia que el proceso para determinar lo que se hace con todo el edificio y el uso que se le da sigue su curso, incluida la posibilidad de que se derribe el edificio. […] En realidad, da la impresión de que el derribo del edificio ya no tiene fácil alternativa. Bildu ya ha enseñado esta posibilidad a sus simpatizantes y ahora les defraudaría si no siguiera hasta el final. Además hay una competencia entre Bildu y Podemos-IE a ver quién es más radical. Bildu no puede quedar por detrás. La única posibilidad de detener el proceso es que las familias que se oponen a la exhumación recurran a la vía judicial, esta paralice las exhumaciones y la Justicia les acabe dando la  razón.»[4]




[1] A lo largo de todo el proceso no se pudo contactar con la familia Mola en Pamplona, pero sí con el domicilio madrileño de Emilio Martin Mola, médico reumatólogo, desde el que una agobiada y nerviosa señora mostró extrañeza y deseo de saber cómo se había obtenido ese número de teléfono, a lo que se le respondió que figura en las guías telefónicas. Dijo no saber nada del asunto y que de cualquier modo lo comentaría en la casa. Nada más se supo de los Mola.
[2] Entre el personal técnico ha de citarse a la omnipresente “Sociedad de Ciencias Aranzadi”, al frente de la cual estaba el antropólogo Francisco “Paco” Etxeberría y su equipo.
[3] Cfr. http://www.noticiasdenavarra.com/2016/11/09. Consultado el 9 de noviembre de 2016.
[4] http://www.navarraconfidencial.com/2016/11/09. Consultado el 9 de noviembre de 2016

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